lunes, 5 de noviembre de 2007

Me cago en... las series españolas

Hoy en mi sección de “Me cago en…” voy a deleitaros con un análisis de porque las series españolas no triunfan ni por conjunción astral.

Las series nacionales duran menos que un suspiro en parrilla, y sorprendentemente es algo que los directivos de las cadenas no aciertan a comprender.

Tan solo parece que son capaces de culpar a la audiencia española, la cual, según ellos, carece de interés y compromiso a la hora de seguir una serie.

Así que para evitarse muchas perdidas, suelen hacer 4 capítulos por si las moscas, y si funciona hacen más.

Pero es que son subnormales. Esa no es la solución. ¿Y sabes que? La solución no es un extraño y encriptado arcano que solo encuentran los elegidos por el Espíritu Santo bajado de los cielos. La solución es tan simple como fijarse en lo que hacen países con series de éxito.

Atentos, clase magistral para los directivos de A3.

Punto 1: Tener una buena idea.

Pues si. Aunque los directivos de las cadenas digan lo contrario, los espectadores no somos unos subnormales sedientos de tramas sin sentido. Una buena serie deberia partir de una buena idea, original y con posibilidades de desarrollarse sin repetir 1000 veces el mismo argumento.

Un hermano que se deja detener y encarcelar para sacar a su hermano de la prisión, mediante un complejísimo plan de fuga tatuado en su piel es una buena idea.

Hermanos y detectives, NO!!

Punto 2: El target.

Lo voy a repetir más alto y claro. T.A.R.G.E.T. taaaargeeeet……!!!

¿Lo pilláis, panda de merluzos?

En jerga televisiva el target es el tipo de público al que va dirigido el programa. Hay programas para niños, programas para amas de casa, programas para adolescentes… y así sucesivamente.

Pues no… en España, todas las series están dirigidas a todo el público en general. De forma que la historia que cuentan tiene que ser entendible tanto por mi, como por un niño, como por la señora María, de 70 años, que ve la tele mientras hace calceta.

La consecuencia es una sobredosis de simpleza absurda, que hace que cualquier interés por tomarse en serio la historia se te haga casi imposible.

No hay series para adultos, no hay ciencia-ficción, no hay sexo, no hay humor acido, no hay fina ironía, no hay nada… solo comedias simplonas para toda la familia, moralistas y con pretensiones de ser tan políticamente correctas como se pueda. Y no,… el humor garrulo de sal gorda de “Aida” no cuenta como serie políticamente incorrecta.

Aquí hay que resaltar algunas excepciones puntuales como por ejemplo el comisario, serie que si esta claramente dirigida a un publico adulto y que, pese a no gustarme personalmente, tiene éxito (¡¡oh, sorpresa!!).

Punto 3: promoción.

En otros países, cuando una serie va a ser estrenada, ¡¡la gente lo sabe!!

Te doy un momento para que salgas de tu asombro…

En España la cosa funciona de la siguiente manera: hago la serie, informo a la gente de que he hecho una serie pero no digo cuando la voy a poner no sea que me la contraprogramen, me espero a ver los movimientos de mis enemigos (los canales de la competencia), y un día empiezo a meter anuncios del palo ¡¡mañana gran estreno de hermanos y detectives!!

Fin.

Las consecuencias son evidentes; el porcentaje de población que se entera es mínimo, ni siquiera da tiempo al boca a boca, aunque por otro lado ¿quien va a recomendar una serie de la que solo sabe que salen unos hermanos que además son detectives?

Porque esa es otra. No te informan de que va la serie.

En estados unidos, la promo empieza meses antes, se sabe la fecha y la hora de estreno, hay reportajes sobre la serie, entrevistas a los actores y directores, documentales de “como se hizo” y en definitiva se crea un INTERES por verla.

Aquí la única preocupación es que no te ponga “los Serrano” a la misma hora. ¡¡Pero si cualquier serie minimamente interesante podría vapulear a los Serrano!!

Y esa es otra…

Punto 4: desarrollo variado y que enganche.

No todo es vender la serie, también hay que saber mantener el interés en ella. Y por supuesto eso no se consigue con la reiteración hasta el absurdo del mismo argumento una y otra vez. Los Serrano es un buen ejemplo de esto.

Siguiendo estos 4 puntos es casi imposible que algo fracase. Aun así pasa algunas veces, pero ni de lejos tanto como aquí, donde fracasan 4 de cada 5 series que se estrenan.

He empezado a plantear un quinto punto en referencia a la pésima calidad técnica de las series, pero eso es mas una cuestión de presupuesto que otra cosa, y ahí no me puedo meter. Lo que si que resulta insultante es en muchos casos, las lamentables interpretaciones de algunos de los actores que eligen.

¿Quién coño hace los castings? ¿¿La APASCIDE??

En fin, en general, de pena.

3 comentarios:

Zapp Brannigan dijo...

No te falta razon, la verdad, tener cable es lo mejor que me ha pasado en mi vida, despues de mi nacimiento, y por encima de la perdida de mi virginidad. solo de pensar en malgastar 50 minutos de mi vida en ver el tipico vodrio español me pone los pelos de punta.

Por otro lado, ya no solo es el tema de que los programadores insistan en colocar series de mierda en prime time, sino que condenen al ostracismo series americanas de calidad (va por antena tres) como boston legal a las 2, vamos, hasta que acaban los 4 capitulos seguidos de manos a la obra.

Mierda para antena 3.

P.D. me vuelvo a cagar en el puto codigo de verificacion en comentarios: o lo quitas, o no comento mas.

carlitos101 dijo...

Acabo de imaginarme prison break en españa y la verdad es q podria ser digna de ver...si quieres hecerte una idea busca prison tetrabrik n l youtube
yo me cago n tus muertos con el puto codigo d verificacion,o lo quitas o posteara tu puta madre y tu mejor amiga

Heliconeidolon dijo...

Quiero creer que habéis leído mi explicación al porque del código de verificación, en el post anterior y aun así queréis que lo quite.
En vista de que os duelen los dedos de escribir 5 letras y de que os quejáis con la misma facilidad que mi madre, lo quitare.
Eso si, al primer spam de “enlarge your penis” que me llegue lo vuelvo a poner, que luego es un no parar.